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miércoles, 22 de julio de 2009

Eduardo Galeano - Las malas palabras

Las malas palabras

Ximena Dahm andaba muy nerviosa, porque aquella mañana iba a iniciar su vida en la escuela.
Corriendo iba de un espejo al otro, por toda la casa; y en uno de esos ires y venires, tropezó con un bolso y cayó desparramada al piso. No lloró, pero se enojó:

–¿Qué hace esta mierda acá?

La madre educó:
–Mijita, eso no se dice.

Y Ximena, desde el piso, curioseó:
–¿Para qué existen, mamá, las palabras que no se dicen?


Eduardo Galeano
Bocas del tiempo -

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